Comienza un nuevo año y con él vienen nuevos retos personales, familiares… y sociales.
Para el Estado de Hidalgo, inicia un año electoral en el que atípicamente serán electos en paquete nuevo gobernador, nuevos presidentes municipales (84 para ser exactos) y nuevos diputados para el congreso local.
Trece son las entidades federativas que vivirán elecciones, en doce de ellas -incluido Hidalgo- se renovará el poder Ejecutivo.
El proceso 2016 es visto por muchos en el país como un ensayo de lo que podrían ser las elecciones federales de 2018 en las que, para la carrera presidencial, se mantiene como puntero el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación.
Pero la política no será todo en este año que todavía es nuevo.
Para la región de Tula Tepeji hay dos renglones de esta escritura que aún faltan por escribirse como la gente quiere, como la gente pide, como la gente necesita.
El complejo tema de la seguridad pública, de los elevados índices de delitos que se cometen contra personas inocentes y la cada vez más intensa manifestación de crímenes de sangre nos ha dado ya sus primeros avisos del nuevo año.
Y, por otra parte, las millonarias inversiones que han comenzado a ejercerse en la zona, alrededor del “Plan B” puesto en marcha por el gobierno federal ante la no construcción de una nueva refinería, tiene sus implicaciones.
La oferta de vivienda, de bienes, productos y servicios en la región es más que suficiente para la demanda que ya opera y aun para la que está llegando.
Pero la plataforma sobre la que están construidas las paredes de esa oferta es frágil e inestable, por decir lo menos.
En el orden la infraestructura, han comenzado ya a ponerse a prueba los servicios básicos como el agua potable, los drenajes, el alumbrado público, los panteones, las instalaciones deportivas, en fin…
En el orden del empleo y del ingreso, sí, hay un número creciente de nuevos empleados, entre ellos algunos profesionistas egresados de nuestras casas de estudios regionales; pero los salarios que perciben no corresponden a sus niveles de preparación y menos aún a la expectativa que se tiene frente al progreso.
En forma sistemática, discreta pero constante, los precios de los productos básicos han sufrido incrementos (escondidos detrás de los que parecen controlados), sin hablar mucho del calzado, la ropa y artículos accesorios.
2016 será pues el año de la política y de la economía, de la seguridad y de los servicios públicos, de la oferta y de la demanda.
En todos los rincones del sur hidalguense, con los impactos reflejos de lo que pasa en la zona metropolitana del distrito federal, se libran luchas tenaces por mejorar la forma y las condiciones de vivir.
Y en esas batallas diarias, las familias, los padres, las miles de madres trabajadoras que son al mismo tiempo jefas de familia, se hacen de fuerzas para sortear los peligros de un año nuevo que no tiene nada, nada de inocente.