Las Viejas y las Nuevas Paternidades. El oficio de ser padre

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2018

En México se celebra, ya lo sabemos, el Día del Padre cada tercer domingo de junio; en 2021 ocurrirá el domingo 20.

El origen de esta efeméride surge a principios del siglo XX en los Estados Unidos, cuando Sonora Smart Dodd quiso homenajear a su padre (Henry Jackson Smart), un veterano de guerra viudo que vivía en una granja en el Estado de Washington, se hizo cargo de la educación de sus seis hijos y había nacido el 19 de junio.

El día del padre en México no solo es un homenaje a nuestro padre biológico, sino también a todas aquellas personas que actúan como figura paterna.

Esta celebración es un precioso homenaje a todos los padres mexicanos y un merecido reconocimiento por todo lo que han hecho por nosotros.

Se trata de un intento de “hacer justicia” a los padres, frente a un masivo, conmovedor y avasallante 10 de mayo, preferido de la sociedad… y del comercio.

Como todos sabemos, el papel del padre y la propia figura paterna en la familia han ido cambiando con el tiempo.

El propio núcleo familiar ha sufrido importantes modificaciones en su estructura y en su funcionamiento, con las más variadas consecuencias.

La palabra padre comúnmente define al varón o macho que ha engendrado.

Existen disciplinas que han usado el término de paternidad para analizar diferentes formas culturales y sociales donde los hombres ejercen la condición de ser padre.

Hay suficiente literatura desde el feminismo donde se evidencia que a partir de la división sexual del trabajo los hombres accedieron al espacio público y a las mujeres se les asignaron responsabilidades en el espacio doméstico.

Entre las consecuencias de esta división se encuentra que el hombre ha fungido, en mayor proporción, como el generador de recursos monetarios, como proveedores.

En cambio, en las oportunidades que tienen las mujeres para obtener recursos, ellas perciben salarios más bajos en comparación con ellos, incluso si realizan las mismas funciones u ocupan menores posiciones directivas.

Desde la perspectiva de la igualdad de género, muchas de las acciones de ellas se enfocan a evitar que sólo los hombres sean los proveedores y que las mujeres tengan la oportunidad de acceder a los recursos.

Sin embargo, es evidente que los hombres se han sumado a las dinámicas familiares con una actitud respetuosa para enriquecer las interacciones en el entorno doméstico y personal.

A esto lo denominamos paternidades integrales, a pesar de que en muchos países, incluido México, la participación de hombres y mujeres en la realización de las tareas domésticas aún es dispareja, pues seis de cada 10 personas son mujeres.

Lo cierto es que el modelo de padre proveedor económico y figura disciplinaria sancionadora, construido en el sistema capitalista a partir del rol asignado-asumido de trabajador eficaz, está en proceso de transformación, y ya son muchos los hombres que desempeñan la función de ser padres de otra manera.

A diferencia de los padres tradicionales, comienzan a surgir nuevos ideales de paternidad más apegados al ideal social de la igualdad de derechos y deberes entre mujeres y varones.

Actualmente se fomenta un vínculo padre-hijos en el que cobra importancia la interacción frecuente y temprana que brinda crecimiento en el día a día.

Este tipo de vínculo propuesto dota de nuevos contenidos a la vacía figura del padre actual y permite reformular la paternidad.

La figura masculina típica es el llamado padre cuidador, en el que la paternidad ya no es un poder, sino un servicio y una relación.

El padre cuidador transmite ternura, cuidados y enseñanza, padre es el que ama, cuida y disfruta.

Se caracterizan por estar más que ocuparse, participar más que compartir, ayudar más que responsabilizarse, realizar algunas tareas más que ocuparse del trabajo material y emocional de la crianza.

No es un tercero que separa madre e hijo, sino un otro adulto que está a disposición.

No una función, sino una presencia que requiere un trabajo emocional.

No opuesto a la madre, sino desde sí para el hijo (se esté o no en pareja con la madre).

De ahí que la paternidad responsable significa procurar el bienestar de los hijos y las hijas, no solamente satisfacer mis expectativas.

Significa respetar a los niños y las niñas como seres humanos, que yo como padre les ayude a desarrollar lo que son, no lo que yo quiero que sean, incluso aunque fueran contra mí o contra lo que yo quiero.

Parece simple o parece complicado, según como lo quieras ver.

El Día del Padre 2021 será pues una experiencia diferente, no sólo porque la comunicación de los hijos con el padre es diferente, y en muchos casos mejor sino porque las nuevas paternidades y la paternidad responsable son ya parte de nuestra vida diaria

¡Felicidades, Papás!