Eliza Marín, Mujer.

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Amante de viajar, del arte, la buena música, los libros y las buenas acciones. Nací en una madrugada de un 23 de Octubre de 1992 en mi ciudad Tula de Allende, formo parte de una familia de la que me siento orgullosa y en la cual soy la menor de tres hermanos, cursé como es debido, la educación básica, a los 11 años descubrí una de mis pasiones… la danza.

Inicié en el grupo de Danza Folklórica representativo de la Escuela Secundaria Técnica No. 52, viéndola primeramente como un hobby, sin saber qué años más tarde se convertiría en mi carrera universitaria.

Rompiendo esquemas y expectativas estudié la Licenciatura en Danza con área de énfasis en Danza Contemporánea en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, conociendo hasta ese momento la danza contemporánea que semestres más tarde me atraparía para siempre con su intensidad y ojo crítico.

Actualmente formo parte de un proyecto de danza contemporánea que ha obtenido dos becas del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo (FOECAH), en el cual se aborda uno de los problemas más actuales e importantes en México, la violencia hacia la mujer.

La danza me ha dado múltiples satisfacciones, entre ellas, expresarme, cambiar vidas, conocer gente y viajar. He tenido la oportunidad de presentarme en dos ocasiones en el Teatro de la Danza en la Ciudad de México, uno de los recintos más importantes de la Capital en cuanto a danza se refiere, he tocado escenarios Tapatíos en el marco del Primer Encuentro Nacional de Danza celebrado en la ciudad de Guadalajara, me he presentado en varias ocasiones en diferentes municipios del estado de Hidalgo.

He tenido el privilegio de tocar escenario en el lugar que me vio nacer, y es que creo que no hay nada mejor que volver a casa a compartir en lo que ahora me he convertido. He tomado clases, cursos y talleres de danza con, seguramente, los mejores maestros, coreógrafos y bailarines que México puede tener, quienes con su pasión, entrega, disciplina y compromiso, crearon en mi la profesionista que ahora soy.

Cuando me encontraba estudiando mi carrera universitaria siempre soñé con convertirme en una bailarina profesional, irme a la Ciudad de México y formar parte de alguna de mis compañías favoritas, ya que siempre he creído que la cultura y el arte en Hidalgo y específicamente en Tula, son escasas, y siempre fue mi sueño salir de aquí hasta que un día me pregunté la razón por la que la que Tula no tiene arte…

Llegué a la conclusión de que Tula no tiene arte porque en Tula casi no hay quien haga arte, y que probablemente no lo hay porque todos algún día pensaron como yo, y decidieron irse al lugar en donde si la hay, y entonces se convierte en una cadena interminable, en la cual seguimos formando parte del problema pero no de la solución, así que decidí quedarme aquí y apostarle a Tula.

Actualmente me encuentro dando clases de ballet y danza contemporánea en una academia de danza de esta ciudad y formó parte del proyecto del Centro Cultural de la Antigua Estación del Tren, del que me siento orgullosa de formar parte, ya que siempre he creído que el arte debe ser para todos, y que un niño nunca podrá descubrir su verdadera pasión si nunca se encuentra con ella, y en este proyecto se acercó el arte a niños y jóvenes que probablemente nunca habían estado relacionado con este mundo y yo soy alguien que le apuesta al arte, que el arte puede cambiar mentes, y las mentes cambian vidas, y muchas vidas con mentes cambiadas pueden cambiar el mundo.

La danza siempre ha sido mi pasión y ahora mi estilo de vida, pero a la edad de 16 años descubrí mi vocación… ayudar, y lo descubrí en el lugar del que hasta ahora sigo siendo parte y el que me ha ayudado a convertirme en la persona que ahora soy. Hace ya 7 años decidí formar parte de la Cruz Roja Mexicana, específicamente en la delegación de Tula de Allende.

Casi siete años después sigo formando parte de esta institución de manera voluntaria como Técnico en Urgencias Médicas nivel básico, dando mis ganas y mi tiempo a la noble labor de ayudar. Mis días sábados desde ese entonces he decidido destinarlos a labor que hace Cruz Roja y durante todo este tiempo me he dedicado a atender y acudir, junto con mis compañeros, a cada llamada que recibimos, a cada pedido de auxilio y a cada evento desafortunado que nos sea posible atender.

Y lo hago de forma voluntaria porque siempre he pensado que hay trabajos tan nobles e importantes, que el dinero no logra pagar, pero me conformo con saber que un padre volverá a abrazar a sus hijos, que un niño seguirá corriendo, con que una familia volverá de nuevo a casa y sobre todo, me conformo con un «gracias» sincero.

Actualmente participo en el curso de Técnico en Urgencias Médicas nivel Intermedio en la Sede Nacional de Cruz Roja en la Ciudad de México, al que acudo desde hace un par de meses, movida siempre por la creencia de que cuando en tus manos tienes vidas humanas, la capacitación y el conocimiento nunca estarán de más.

Por otra parte soy amante de los libros, las letras, la escritura y la poesía, quienes, intelectualmente hablando, me han formado, soy una persona soñadora que cree todavía en el poder de la humanidad, soy alguien complicada que nunca ha encajado muy bien en los círculos y roles sociales, lo que me ha hecho ser también una persona solitaria, me considero una persona justa y altruista, soy amante de las cosas que pudieran parecer cotidianas e insignificantes y disfruto plenamente de cosas simples, como una charla profunda o un buen libro.

Y para resumir todo, soy una persona más en esta ciudad de Tula de Allende, que como la mayoría de los que aquí viven, sólo buscan poder cumplir sus sueños, dejar huella y ser felices.