En días recientes dimos a conocer una nota en la que informamos a Usted acerca de que el Estado de Hidalgo, a través del Gobernador Omar Fayad Meneses, entregó al Titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (AFDZEE), Gerardo Gutiérrez Candiani, la Carta de Intención para el establecimiento de una Zona Económica Especial en dicha entidad.
El artículo sexto, en su fracción primera, de la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales da derecho a los diez estados con mayor incidencia de pobreza extrema a desarrollar una ZEE, cuyo proceso de análisis de viabilidad comienza con una Carta de Intención que las entidades federativas presentan de manera unilateral.
Conforme al artículo noveno, fracción tercera, de la misma ley federal, la Carta de Intención cuenta con la autorización del Congreso local, así como de los Cabildos de los ayuntamientos que la suscriben.
Hidalgo busca ser una Zona Económica Especial con una vocación para que le permitiría desarrollar el primer clúster de movilidad sustentable, señaló José Luis Romo, secretario económico de la entidad.
“Más allá de la refinería, estamos buscando una Zona Económica Especial (ZEE) y lo que el gobierno de Hidalgo propone al gobierno federal se basa en movilidad sustentable”, dijo el funcionario.
De esta manera, Puebla e Hidalgo son las siguientes entidades del país que podrían convertirse en la octava Zona Económica Especial (ZEE) de México, un programa del gobierno federal que busca reducir las brechas de desigualdad entre las regiones.
El modelo de desarrollo de Zonas Económicas Especiales establece a la fecha siete lugares que tienen condiciones muy particulares para atraer la inversión productiva y lograr que estas regiones de mayor rezago social puedan incorporarse y aprovechar las ventajas de la apertura y la globalización.
Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) son un esquema que busca incentivar la inversión privada en regiones marginadas con el propósito de apuntalar su industrialización.
Tienen el sello de proyectos sociales para atraer inversión a los estados más pobres del país, generar empleos y ayudar a bajar los altos índices de pobreza.
En México, la implementación de este tipo de conceptos implica riesgos y desafíos que tanto las autoridades como los inversionistas deben tomar en cuenta, si lo que se pretende es alcanzar el éxito.
El concepto de zonas económicas especiales no es nuevo en el mundo. Hay importantes casos de éxito, en países como China, Corea del Sur, Panamá, Irlanda y Marruecos.
Una zona económica especial es un área geográfica delimitada que ofrece un entorno de negocios excepcional con el objetivo de incentivar la inversión en dicha zona, teniendo miras a industrializarla.
Busca hacer altamente competitivas a las empresas que operan en ellas a través de medidas que suelen incluir incentivos fiscales, facilidades al comercio exterior, beneficios aduaneros, un marco regulatorio ágil y desarrollo de infraestructura.
La primera zona económica especial moderna fue creada en 1959 en el aeropuerto Shannon, en Irlanda. Actualmente, se estima que existen 4,300 de estas zonas a nivel mundial y que alrededor del 75% de países cuentan con al menos una.
A lo largo de las pasadas 3 décadas, el Producto Interno Bruto per cápita de los estados del Norte de México y Bajío ha crecido en 47%, mientras que en los estados del Sur únicamente ha aumentado en 7%.
Se busca reducir esta brecha a través de generar medidas que incrementen la productividad en el Sur.
Hidalgo tiene ventajas competitivas en la capacidad de energía, mano de obra, ubicación y seguridad.
Además, hay vocaciones precursoras con plantas productivas de autos eléctricos.
La cervecera Modelo encontró atractivo en Hidalgo en la captación de insumos, la exportación del producto y en la facilidad del estado para hacer negocios.
La infraestructura es otro punto a favor para detonar el proyecto de ZEE, dado que Hidalgo cuenta con importantes vías de conectividad.
La estrategia de la ZEE radica en dos de los sectores estratégicos para el estado, el agroindustrial y el químico-farmacéutico. Pero se suman el energético, con un importante peso en energías renovables, y la movilidad sustentable.
La suma de esos dos sectores le permitirán desarrollar en Hidalgo el primer clúster de movilidad sustentable no sólo en México sino en Centro y Sudamérica.
Hidalgo puede competir con las zonas que tienen vocaciones similares en el mundo que no son más de tres y se ubican en Estados Unidos, Alemania y China.
No existe un precedente en México, ni en América Latina donde se esté desarrollando la movilidad sustentable a manera de un clúster, de una política ordenada.
Cabe recordar que, para impulsar la economía estatal se aprobaron varias reformas como la ley de Asociaciones Público-Privadas, una nueva Ley de Fomento Energético y la creación de la Agencia Estatal de Energía.
El Gobernador Fayad expresó su confianza de que, en caso de que sea procedente la valoración que haga la AFDZEE y la Comisión Intersecretarial de Zonas Económicas Especiales, Hidalgo podrá contar con el dictamen aprobatorio para aprovechar el potencial productivo y logístico de esta entidad del centro del país.
Omar Fayad afirmó que Hidalgo está listo para contar “con una política pública exitosa que, más allá de colores y partidos, de sexenios y administraciones, puede significar progreso y desarrollo para el estado”.