Ya comenzaron a operar los negocios ‘a la brava’

0
992

Miles de dueños de negocios de la región Tula-Tepeji que han permanecido cerrados a lo largo de la contingencia generada por el Covid-19 han vuelto a su actividad productiva, en algunos casos respaldados por permisos de gobierno y otros, a la brava, a la mexicana, operando más con la intención de subsistir que de desobedecer o desafiar.

Se comenzó a adaptar la forma de acatar las normas y del seco y contundente “quédate en casa” se pasó a la promoción y práctica de las medidas de prevención e higiene pero ya en la calle con los locales abiertos y los clientes entrando y saliendo.

De tal manera que prácticamente todos los negocios comenzaron a funcionar, con estrategias en las que se hace llegar al cliente “bajita la mano” ante una vista gorda de la autoridad que, por qué no, también termina por ayudar, sobre todo cuando hay consentimiento no oficial pero sí humano, si¡obre todo cuando documentan que se evitan las multitudes, se garantiza la sana distancia y se ponen en práctica acciones de prevención.

Hay gimnasios que ya operan abriendo por las puertas traseras y llevando a sus clientes a zonas que han adaptado en lo “oscurito” para evitar ser sancionados por la autoridad, una autoridad que ve a los deportistas con sus ajustadas prendas, maletas y agua, post rutina, al salir de los establecimientos, pero que a la vez comprende la necesidad de ir reactivando las actividades. A nadie le conviene un sector empresarial enfadado y quebrado.

En las agencias de autos, por ejemplo, han evitado exhibir unidades en zonas a la vista del público, pero se sabe que los clientes interesados en comprar o vender unidades son trasladados a bodegas o terrenos aledaños en donde las marcas han montado salas de exhibición clandestinas.

Hay restaurantes que además de ofrecer venta de alimentos a domicilio han adaptado zonas  en donde se sigue atendiendo a comensales para con evitar seguir perdiendo ganancias ante una devastadora realidad que ha azotado significativamente al sector.

Y así como estas estrategias, se observan muchas más, en un estado de Hidalgo en donde siempre se siguió vendiendo cerveza -aunque no a la vista del público-, donde comunidades enteras con casos positivos del nuevo coronavirus no atendieron la recomendación mínima de la utilización del cubrebocas y mantuvieron su vida como si nada especial hubiera pasado.

Estamos ya en la nueva normalidad, una nueva normalidad impuesta por la necesidad de la gente y consentida por la autoridad. Se irá moldeando, se irá perfeccionando, en un momento en el que -he escuchado decir a más de un empleado o dueño de negocio- “si no nos morimos de coronavirus, nos morimos de hambre”.