AMLO EN TULA, LA SOMBRA DEL DELITO

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Por Fernando Ávila Báez.

La visita a Tula este miércoles 9 de mayo de 2018, del candidato presidencial de Morena Andrés Manuel López Obrador está envuelta en varias vertientes de morbo político, ingrediente que se adiciona a la natural curiosidad de sus muchos nuevos y viejos seguidores en la región sur del Estado de Hidalgo, y de delito electoral.

El dirigente estatal de Morena, Abraham Mendoza Zenteno, quien ha sido ferviente promotor del tabasqueño (lo trajo a La Ciudad de Los Atlantes y lo presentó ante un discreto puñado de fieles, en el mismo escenario donde ellos espera que hoy no quepa un alma más) se pondrá una corona múltiplemente abollada.

Varios tragos amargos deberá pasar el dirigente morenista en Hidalgo.

La gestión del líder izquierdista sigue cuestionada por haber permitido que, en una negociación cupular a oscuras, el propietario de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, laureada en lo académico a nivel internacional, comprara la franquicia y les arrebatara las candidaturas.

¿Estará Gerardo Sosa Castelán en el escenario del Teatro Al Aire Libre? Por lo pronto, muy a su estilo, para mostrar el músculo con el que ganó en las negociaciones de esas que no se hacen aquí, sino allá, movilizará a la comunidad universitaria para apoyar a los candidatos que impuso en los distritos locales de Tula y Tepeji del Río.

Ricardo Raúl Baptista González, que es uno de los protagonistas de este asalto, sí estará entre los cientos de convidados.

También estará, acostumbrado a desafiar el orden legal, y ya en un plan de víctima del sistema, que nadie le compra, el candidato impuesto para contender por la diputación federal en el distrito de Tula, Julio César Ángeles Mendoza.

Al presidente municipal con licencia se siguen esperando sus gobernados para que les cumpla los cientos de compromisos que hizo para rehacerse de la alcaldía, y que no ha satisfecho.

En cambio, hoy aparecerá junto a Andrés Manuel López Obrador, arriesgándose a la rechifla de la auténtica base militante.

Su campaña, ensombrecida por el delito, no va a restar puntos al candidato presidencial, pero sí lo va a obligar a sacar la cara por él, y ya se vio que ni por Napoleón lo va a hacer.

Entre ambos tendrán que explicar cómo es que, sentado, Ángeles Mendoza -vilipendiado también ropia comunidad religiosa- a cachar los votos que éste le vaya a dar en automático.

Julio César Ángeles, en ropa de campaña, con logos de campaña, se coló al desfile del 1 de mayo en su tierra y desfiló con el contingente de trabajadores del gobierno municipal, flagrante. Además, sin el menor tiento, hace proselitismo en instituciones educativas.

Entre las cuentas pendientes que tiene con la ley, y estos nuevos delitos, más sombra y más frío les aporta a los adoradores, con cargo a su candidato presidencial.