Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Tula, segundo aniversario
Por Fernando Alfonso Ávila Hernández
En una región donde pareciera que la violencia gana terreno, también florecen actividades, grupos, proyectos, que significan esperanza. Es el caso de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Tula, que impulsada -sobre todo- por la fuerza de la sociedad civil, cumplió su segundo aniversario.
Platicamos con Lorena, Gilberto, Ariel, y Brenda, integrantes de la agrupación que tienen entre 8 y 11 años de edad. Nos citamos en la Antigua Estación del Tren de Tula, sitio que ha visto pasar importantes acontecimientos de nuestra historia local y la consolidación de esta orquesta no ha sido la excepción, pues ahí ensayan.
Saben lo que quieren, saben lo que dicen, el arte les transforma en seres con amplía visión, se les percibe compromiso y pasión para afrontar retos. Van a la escuela, juegan, tienen sueños, pero hablan y saben de Chaikovski, Mozart, Beethoven, y Pagananini. Y eso, aquí, no cualquiera.
Gilberto Chávez Díaz, que estudia en la Escuela Narciso Mendoza, toca el trombón desde hace dos años. “Me gusta su sonido y mi pieza favorita es Misa de Coronación de Mozart”, nos confiesa.
Por su parte, Ariel Alexandro Sánchez González, de 9 años de edad, explica que el ver a un maestro tocar el violín le inspiró y entonces decidió que aprendería a ejecutar ese instrumento. “Admiro a Niccolò Paganini, me gusta mucha la Sonata del Diablo”, nos dice con absoluta seriedad, portando elegante chaleco azul, quien además aspira a convertirse en Ingeniero Automotriz.
En tanto, Lorena Azul Galindo Ramírez, a sus 10 años, comparte que la música le ha cambiado la vida y no duda en invitar a niñas y niños a incorporarse a la orquesta. “He notado varios cambios en mi vida. Cuando estoy aburrida, toco, escucho canciones, piezas, y las quiero aprender. Serenata Nocturna es de mis favoritas”, dice.
Brenda Bautista Mendoza, de 11 años de edad, su mamá, y su violoncello, viajan desde Tlaxcoapan en transporte público para estar puntuales en los ensayos. Brenda mientras se ocupa del arte y dice sin dudar que la Novena Sinfonía de Beethoven es la pieza que más disfruta, también está al tanto de los esfuerzos que se hacen en casa para ofrecer oportunidades de desarrollo. “Mi mamá compra la comida y siempre aparta dinero para el pasaje”, nos dice con mirada profunda.
Actualmente, la Orquesta es conformada por 25 niñas, niños y adolescentes, en tanto que otros 50 alumnos ya viven el proceso de formación. El Director es el Maestro Isaac Solís y la plantilla de profesores es conformada por José de Jesús Martínez Daniel, Paola Irene Palacios Sierra, María Andrea López Ibarra, y Sandra García Monroy.
Un poco de historia
La Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Tula comenzó actividades en abril de 2016, en las instalaciones del recién desaparecido Consejo Consultivo Ciudadano de Tula. Dos profesores atendían a 170 estudiantes y los padres de familia por medios propios y donativos, lograron comprar los instrumentos musicales.
Mario García Cruz y Sandra García Monroy, promotores del proyecto, platican que “posteriormente se impartieron clases en la Casa de Cultura, pero cuestión de espacio fue necesario buscar otro lugar. Para entonces contábamos ya con cuatro profesores de música egresados del Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, con el apoyo de Presidencia, y se nos dio en comodato por parte de la dirección de educación y cultura algunos instrumentos, siendo de gran ayuda”.
De tal manera que se trasladaron las clases a la Antigua Estación del Tren, donde se ofrecían talleres de violín, cello, saxofón, clarinete, trompeta, trombón, flauta transversal, teclado, solfeo, y ensamble.
“Al final del pasado mes de enero nos pidieron desalojar el espacio para permitir la construcción del Centro Gerontológico del municipio, por lo que desde esa fecha hasta este momento se dan clases en un restaurant, ubicado en el Callejón Jiménez, en el centro de la ciudad. Los ensayos generales se realizan en el llamado Salón de Cristal, un espacio abierto en la antigua estación del tren”, explica García Cruz.
Objetivo de la Orquesta
Don Mario manifiesta que uno de los objetivos es “crear espacios para brindar a niños y jóvenes la oportunidad de acceder a talleres de música en diferentes instrumentos pero también enseñándoles valores, responsabilidad, disciplina y trabajo en equipo”.
Además, “crear mejores ciudadanos y seres humanos, afectando positivamente su entorno familiar y social, previniendo también que niños y jóvenes no caigan en vicios o delitos, convencidos de que un niño con un instrumento en sus manos jamás tendrá un arma en sus manos”.
“Nuestro propósito es hacer de la cultura un referente de Tula, tomando como detonante social la orquesta, no queremos que los referentes sean una contaminación, la corrupción, el huachicol, y la apatía”, finalizó Mario García Cruz.