Campañas, vacunas, futurismo.
Abril de 2021, el período en que inician formalmente y se desarrollan las campañas político electorales para la renovación de la cámara de diputados del congreso federal, casi la mitad de gubernaturas y congresos locales en los estados de la República y otros tantos cargos de elección popular en municipios, abre con más de 200 mil muertos por el coronavirus causante de la pandemia COVID-19
Esto significa que prácticamente ninguna esfera de actividad individual o social está lejos del mortal proceso de la pandemia y que vivimos ya en una franca nueva normalidad, una nueva realidad en la que mantener las medidas de prevención es obligatorio frente a los altísimos riesgos de contagio, padecimiento, sufrimiento familiar… y muerte.
Hay que seguir conscientes del riesgo e implementar las mismas medidas de protección: uso de cubrebocas, lavado de manos y sana distancia.
El período vacacional de la Semana Santa marcará una dura prueba para la resistencia de la población y la insistencia de las autoridades; en pocas semanas de este nuevo período mensual se verá su alimentamos la tercera ola de contagios -que se anuncia con mayor rapidez y letalidad-, o si entramos en la etapa de superación de la crisis, a pesar de todo.
Las buenas noticias han llegado en todo el territorio nacional para las personas adultas mayores, pues millones de vacunas han llegado al país y se han ido aplicando cada vez con mayor agilidad y cobertura: unos ocho millones de dosis han sido impuestas. Bien.
Sin embargo, cabe destacar que, de acuerdo con las propias autoridades de salud del gobierno federal, la vacuna contra #COVID19 no protege inmediatamente; en promedio deben pasar entre tres y cuatro semanas después de la segunda aplicación.
Dado que la economía no resiste más, y puesto que hay ciertas condiciones favorables para la reanudación gradual de actividades productivas, las autoridades federales dieron a conocer a finales del mes pasado que a partir del 29 de marzo se encuentran en semáforo naranja la Ciudad de México y los estados de Chihuahua, Estado de México, Hidalgo, Puebla, Querétaro y Yucatán.
En semáforo amarillo declaran a Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas.
En tanto que Campeche, Chiapas, Coahuila, Jalisco, Nayarit, Tamaulipas y Veracruz, son puestos en semáforo verde.
En ese contexto, se desata la disputa entre las fuerzas políticas, asociadas en curiosas alianzas multi partidistas, para conservar la mayoría y el control entre los legisladores (Morena-PVEM-PT) o conseguir una nueva mayoría (PAN-PRI-PRD) que acote la marcha del Ejecutivo en la configuración de un proyecto de país que ha resultado polémico entre propios y extraños.
En “la madre de todas las elecciones” Hidalgo se juega siete diputaciones federales por mayoría relativa y al menos tres proporcionales más.
La entidad hidalguense marcha hacia la integración de 30 nuevos diputados locales (18 de mayoría y 12 de representación proporcional).
La elección del domingo 6 de junio tiene un largo trecho previo por recorrer, para todos (electores, líderes viejos o nuevos, candidatos, partidos políticos) y a lo largo de toda esa ruta, a paso firme camina el gobernador Omar Fayad Meneses.
Salvo la posible aparición de una figura que supere los avances ya consolidados en lo personal y en sus cuarteles de pre guerra, hoy tienen ocasión de avanzar en sus pretensiones de convertirse en candidata o candidato para suceder al gobernador saliente Carolina Viggiano Austria e Israel Félix Soto.
Es abril, ese místico abril que otrora tenía en su día 1 el rancio encanto de los informes gubernamentales, los extenuantes “besamanos” y la lectura perversa de las señales sucesorias desde Pachuca; un nuevo abril frente a aquél que no volverá jamás en Hidalgo.