
Te voy a contar una pequeña historia.
Había una vez un pueblo llamado Esperanza, donde vivían personas con diferentes tipos de depresión.
En el centro del pueblo vivía María, una mujer joven que luchaba contra la depresión mayor. María se sentía abrumada por la desesperanza y la falta de interés en las actividades que solía disfrutar. A menudo lloraba sin razón aparente y tenía dificultades para levantarse de la cama por las mañanas.
En el otro extremo del pueblo vivía Juan, un hombre que sufría de distimia, una forma crónica de depresión. Aunque no experimentaba síntomas tan graves como María, Juan se sentía constantemente desanimado, fatigado y con poco interés en la vida.
Finalmente, en las colinas cercanas, vivía Carlos, un hombre que luchaba contra el trastorno bipolar. Carlos experimentaba cambios extremos en su estado de ánimo, pasando de episodios de euforia y alta energía a episodios de profunda tristeza y desesperación.
Ningun habitante podia entender la causa de tales depresiones, pues estas personas tenian todo o casi todo para ser feliz.
Decidieron reunirse y tomaron la decicion de llamar a un experto. Despues de visitar a los afectador, el experto reunio a los habitantes del pueblo y les explico la depresión no siempre tiene una causa clara y puede afectar a personas incluso si tienen todas las comodidades materiales y amorosas.
Los aldeanos no podian creer lo que oian, la depresion no tenia ada que ver con lo que estas tres personas poseian.
El experto les explico que la depresión puede ser causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y ambientales.
Uno de los aldeanos levanto la mano y pregunyo ¿ Señor experto, la falta de propósito puede influir en este estado?
Claro que si contesto el experto, si no tenemos un proposito, podriamos sentir insatisfacción con la vida. A pesar de tener éxito externo, internamente la persona puede sentir que le falta algo para sentirse plena.
¿ Y que debemos hacer entonces? pregunto otro habitante del pueblo.
A lo que el experto respondio: Todos deben recibir un tratamiento distinto, Maria tiene depresión mayor, la forma más grave de esta enfermedad. El experto decidio tratarla con antidepresivos y terapia. Poco a poco, María fue sintiéndose mejor y pudo retomar sus actividades. Aunque la recuperación llevó tiempo, los tratamientos surtieron efecto.
La depresion e Juan no es tan grave como la de Maria, pero si es cronica, comenzo una terapia cognitiva conductual acompañada de antidepresivos.
Carlos en cambio, alternaba entre periodos de euforia y alta energía con otros de tristeza profunda. Le diagnosticaron trastorno bipolar, caracterizado por cambios extremos de ánimo. Recibió litio y otros fármacos para estabilizar su estado de ánimo, lo que le permitió controlar mejor sus síntomas y episodios. Con un seguimiento médico estricto, pudo llevar una vida plena.
Moraleja o aprendizaje: Cada persona experimenta la depresión de un modo único. Gracias a los tratamientos actuales, muchas pueden recuperarse y prevenir recaídas.
La depresión es un trastorno mental común que puede afectar a personas de todas las edades, etnias, generos y posiciciones socioeconomicas. Se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, vacío y desesperanza.
Créditos: Karu

