Todas las familias, todas, han discutido alguna vez sobre la conveniencia de tener una mascota en casa, y muchas de ellas deciden que sí, aunque no todas se hacen responsables.
55% de las viviendas en México reportan la existencia de al menos una mascota, cualquiera que esta sea.
Tener una mascota parece no relacionarse con el nivel socioeconómico de la vivienda, pues las tienen por igual los ricos y los pobres.
Por regiones, la presencia de mascotas destaca en el centro del país donde llega al 59%, mientras que es el noreste la región donde menos mascotas se tienen (46%).
Por mucho, la mascota más presente en las familias mexicanas es el perro, 87% de los hogares que tienen mascotas dicen tener un perro, muy por arriba del 23% que tiene gatos.
Por cierto, no es extraña la convivencia entre perros y gatos en la misma casa, así lo afirma 17% de quienes tienen mascota y en cuyos hogares conviven ambos.
Ahora bien, cuando un animalito llega al hogar, se siente que la familia ya tiene otro miembro, que nos brindará su afecto incondicional.
Cuando son pequeños, todos los cargan, los besan, les permiten que estén en la cama y que jueguen con los niños; a medida que va creciendo le van enseñando hábitos de higiene.
La importancia de tener un animalito en casa es que ellos ayudan a nuestros hijos a desarrollar sentimientos afectivos y crear hábitos de responsabilidad ya que ellos no juzgan ni critican como lo hacemos los seres humanos.
Los niños que se crían junto a animales domesticados muestran muchos beneficios en lo físico, emocional y cognitivo social.
En lo físico, la presencia del animalito en casa hace que en sus momentos libres jueguen con ellos con la pelota, en las carreras o paseándolo, olvidándose así de los videos, juegos y otras adicciones que podrían estar volviendo al niño sedentario.
En lo emocional pues se vuelven más sensibles, se encariñan con ellos y lo tratan con amor, respeto y también exigen que su mascotita sea tratada así.
Él es su único amigo incondicional que escucha todo lo que no pueden decir a las personas, conoce de sus secretos, deseos, sueños y sabe que jamás lo traicionará, además ellos les dejan cada día lecciones de vida, de la reproducción, de la crianza, de las enfermedades y a enfrentar un duelo.
En lo cognitivo le ayuda a desarrollar pensamientos y estrategias para resolver problemas, cuando el niño no sabe qué le pasa a su mascotita pues le anima a investigar, a leer y saber más de su animalito para poder cuidarlo mejor, en la social hace que ellos se relacionen con facilidad con los demás.
No olvidemos que no son las mascotas las que les enseñan a ser responsables con ellos, son sus padres con su ejemplo ya que sabemos que los niños reproducen conductas de su hogar.
Pequeño consejo: Los animales que tenemos en nuestro hogar como mascota, son seres que sienten que necesitan de amor y cuidados como una persona, hay que llevarlo a vacunar y a revisiones periódicas con el veterinario.
Higiene, alimentación, juegos y ejercicios, educación y las necesarias revisiones, así como darles para vivir un espacio adecuado, son las principales medidas que deben considerarse para tener y mantener a una mascota, que siempre, siempre hará algo para que su dueño sea feliz.