Muriendo en la red. Los malestares de la hiperconectividad excesiva.

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Las nuevas tecnologías, manifiestas en los más simples o en los más complicados aparatos electrónicos, llegaron a nuestras vidas para quedarse en ellas.

Pero, como decían los clásicos, “no hay mal que por bien no venga”, y esos pequeños artefactos que encierran mágicas soluciones a los problemas cotidianos, han traído también su dosis perversa.

Como en todo, los abusos suelen desencadenar padecimientos y terminar a veces en tragedias.

Los especialistas que han estudiado las relaciones entre las personas y las máquinas, que han evaluado sus impactos en la sociedad, han detectado al menos diez enfermedades físicas, mentales o emocionales provocadas por el uso excesivo de las nuevas tecnologías o “hiperconectividad”

  1. Síndrome del Túnel Carpiano.

El Síndrome del Túnel Carpiano es la principal enfermedad que pueden sufrir las personas adictas al chat y a conversar en línea con otras personas. Es una enfermedad que ocurre cuando el nervio que va desde el antebrazo hasta la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano, a nivel de la muñeca, causando entumecimiento, dolor, hormigueo y debilidad en la mano afectada.

  1. Daños en la audición.

Si escucha música en unos audífonos a todo volumen, se arriesga a sufrir problemas de audición. El primero y más importante es la hipoacusia (sordera), problemas en el equilibrio (este sentido se encuentra en el oído) y en el corto plazo, náuseas y vómitos.

  1. Problemas mentales.

La tecnología usada en exceso trae importantes consecuencias negativas para la salud. Muchas personas presentan enfermedades como la depresión, el aislamiento social, la ansiedad, la pérdida del placer y el disfrute de las actividades diarias, entre otros problemas psicológicos.

  1. Sobrepeso y obesidad.

Las personas que pasan tanto tiempo frente a los aparatos son más proclives al sedentarismo, y por ende, a padecer sobrepeso y obesidad, malestares que derivan en otros problemas como enfermedades en el sistema circulatorio, diabetes, entre otros.

  1. Daños irreparables en el sistema nervioso:

Abusar de la tecnología puede causar daños irreversibles en el sistema nervioso central, ya que los campos electromagnéticos que estas emiten provocan enfermedades relacionadas con este como vértigo, fatiga, trastornos del sueño, pérdida de memoria y desarrollo de tumores cerebrales.

  1. Enfermedades oculares.

Permanecer mirando por horas las pantallas de la computadora o del televisor puede traer también problemas en los ojos. Los más comunes son: resequedad, tensión ocular. La recomendación es realizar pausas activas para relajar los ojos de la exposición a estos elementos.

  1. Síndrome de la vibración fantasma.

Se atribuye este «mal», a aquellas personas que sienten una leve vibración de su celular o que está sonando, cuando en realidad ni suena ni vibra. Este malestar se asocia al excesivo uso y dependencia del aparato, así como a estar en constante atención a las notificaciones de correos, mensajes y actualizaciones que le llegan al celular. A este síndrome se le considera uno de los padecimientos más populares del siglo XXI, ya que la mayoría de las personas alguna vez lo han vivido.

  1. Adicción.

La obsesión por la tecnología es una realidad en el mundo moderno. Tanto así que ya está catalogada por los especialistas como una enfermedad. Y hay varias: está la nomofobia (miedo a no tener a la mano el celular) la portatilitis (molestias y dolores musculares por usar y cargar portátiles en exceso), la ciberadicción (adicción al internet).

  1. Insomnio adolescente.

El auge de los dispositivos móviles ha desencadenado un furor en los usos de parte de esta población, quienes prácticamente no se despegan de sus aparatos celulares, hasta el punto de dormir con ellos, sin saber de los efectos negativos que produce la radiación del teléfono móvil. Contestan llamadas a medianoche, responden chats o mensajerías instantáneas a cualquier hora de la noche, y por ende, se genera una interrupción en el sueño.

Esta palabra fue acuñada en los años 90, cuando aparecieron los primeros dispositivos de realidad virtual. Hace referencia al mareo que sienten los usuarios de aparatos de realidad virtual, y que son parecidos a los que algunas personas sufren cuando viajan en un medio de transporte. Solo que permaneciendo inmóviles.

A todo esto hay que agregar el “Efecto Google”, que ocurre cuando nuestro cerebro se niega a recordar información como consecuencia de la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento.

¿Para qué aprender algo de memoria si los buscadores nos permitirán encontrar cualquier dato cuando lo necesitemos?

El problema es que esta enfermedad pueden padecerla no solamente los que no tienen ganas de memorizar, sino que todos los usuarios de Internet son susceptibles de sufrirla.

Nuevos tiempos, nuevas tecnologías, nuevas enfermedades.

(Información recopilada por Fernando Ávila Báez).