Tula, en sus propias palabras. Lo mejor y lo peor de vivir aquí.

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Tula, la antigua Tollan, está convertida hoy en una pujante ciudad cuya población se ha diversificado, al igual que sus actividades sociales y económicas… y sus problemas.

¿Qué significa vivir en Tula? ¿Qué es lo mejor y qué es lo peor de vivir aquí? Se lo preguntamos a un grupo de líderes, esto es lo que opinan.

Soledad Angélica García Arrieta. Psicóloga y Académica.

 

Complicado es concretar en lo mejor del Tula que me recibió temporalmente hace 44 años, hasta que enamoró a mis orígenes y  se volvió  permanente estancia.

Todo se podría unir en un engranaje de historia y pueblo con olor a vida… que cobija, que cuenta, que crea identidad sin perder la alegría y esperanza por y para las familias, la educación y la sociedad.

Encontrar a cada paso sonrisas que reconocen, interés real en formar redes de apoyo y no dejar de lado nuestra esencia mágica.

Lo que preocupa es esa implosión que se observa en el inconsciente colectivo que destruye, no siempre para reconstruir.

El desarrollo sin prevención que contamina en sentido metafórico y literal, el olvido de tradiciones, la omisión de una caminata o una reunión espontánea por temor a ser violentados, la desatención a las necesidades básicas de la comunidad y del ser humano.

Motiva siempre el compromiso ciudadano, la aportación de las instituciones, el arraigo de la gente, la pasión por ese Tula que mueve, que crea, que cambia, siempre DeFRENTE.

 

Noé Paredes Meza. Empresario.

Lo mejor, la facilidad del movimiento; es decir que puedes llevar a tus hijos a la escuela, comer con ellos. La tranquilidad, en comparación con otras ciudades.

Lo peor: la falta de servicios de calidad, la inseguridad, la contaminación, el descuido de la ciudad y los servicios municipales. También la falta de educación integral y de alta calidad.

 

Rosalía Maldonado Franco. Periodista.

Lo mejor de vivir en Tula es que somos un pueblo que tiene una gran herencia cultural, que tiene vestigios que dan cuenta de la gran visión que tuvieron nuestros antepasados y entonces disfruto enormemente conocer resultados de investigaciones arqueológicas y antropológicas

Lo peor es que la gran mayoría de los tulenses no conocen ni les interesa conocer el legado de nuestros pueblos originarios y destruyen nuestro material arqueológico y espacios, y sustituyen con facilidad nuestras tradiciones y costumbres en pro de la modernidad.

Como sociedad no buscamos un desarrollo sustentable. Es lamentable que las personas de otros lugares, de otros países, aprecien más lo que tenemos que nosotros mismos. Lo peor de vivir en Tula es que sus ciudadanos son tan apáticos en los temas culturales como en los sociales.

 

Susana Guadalupe Villeda Olvera. Ingeniera en Biotecnología Ambiental. Investigadora.

Lo mejor de Tula es que aún es un lugar armonioso, donde sus habitantes se conocen por generaciones y la vida es tranquila.

No existe un “peor”, lo malo es que no hay cultura de cuidado, tanto en infraestructura como en lo ambiental.

Lamentablemente tenemos un pensar erróneo en el cuidado de nuestros recursos; hay que impulsar este ámbito, ya que es de gran prioridad para la.existencia y conservación de un lugar próspero para desarrollarnos como humanos.

 

Marcela Vieyra Alamilla. Abogada y política.

Lo mejor de vivir en Tula, es ir caminando en el centro e ir saludando a la gente, aún es una ciudad pequeña y las personas se conocen. Me gusta mucho el jardín constitución, cuando sus jacarandas se llenan de flores y se pintan los árboles de color lila.

Y recorrer el jardín en domingo lleno de gente, de globos, de helados. Me gusta que puedes los fines de semana comer deliciosas enchiladas en muchos lugares. Me gusta mucho mi catedral de San José.

Y también me gusta vivir en Tula porque aquí tengo mi bendecido trabajo.

Lo que no me gusta de vivir aquí, por la contaminación que existe, realmente me da mucha tristeza cuando vas por el arco norte y ves la cantidad de contaminantes en nuestro aire, vas por las calles del municipio y ves los canales de agua negra y por las noches un olor horrible.

 

Rosa Olivia García Villeda, Regidora.

Lo mejor de Tula es su clima templado, su cultura, aguas termales, la tranquilidad todavía se siente el aire de provincia y el saludo vecinal que no se pierde.

Lo peor, el agua contaminada, la falta de empleo, los robos en casa habitación. Como ciudadanos, necesitamos una visión progresista, avanzar y querer que los demás avancen.

 

José Antonio Trejo Rodríguez. Economista.

Lo mejor de vivir en Tula es que sus barrios, colonias y comunidades son muy accesibles; más bien que mal se llega a cualquiera de ellas en minutos, hasta en bici, allí se puede encontrar al menos a un conocido, a un compañero, a un amigo, hasta a un pariente.

¿Lo malo de vivir en Tula? No encuentro alguna razón importante para citarla.

 

Alicia Grande Olguín. Académica y Política.

Me gusta caminar antes de que salga el sol en el jardín y en el atrio de la catedral; los domingos después de misa, recorrer los puestos sobre la banqueta que ofrecen verduras y alimentos de nuestras comunidades con exquisitos olores y sabores.

Me gusta ver pasar a la gente presurosa por las mañanas a sus labores, y de vez en cuando visitar la zona arqueológica para recordar su historia. Me preocupa la contaminación de nuestra región.

 

Cleria Zúñiga. Empresaria.

Lo mejor de vivir en Tula es que conoces a las personas, aquí crecimos y de alguna manera se va haciendo una gran hermandad, por generaciones.

El jardín es un bonito lugar, para pasar una linda tarde familiar, hay tradiciones que siguen uniendo comunidades.

Tenemos sensibilidad para acudir a labores altruistas, con mascotas y en momentos difíciles también somos solidarios.

Lo peor es la contaminación, eso de verdad es preocupante; la inseguridad. Nuestra zona arqueológica abandonada. La mala imagen del centro: vendedores ambulantes, basura, fachadas descuidadas, baches, topes, no hay cultura vial.

 

Arturo Mejía Espinos. Periodista y filántropo.

Lo Mejor es que te encuentras Personas que te brindan con sinceridad su amistad y se hacen Amigos incondicionales y para siempre.

Lo peor es que cuando te quieres divertir sanamente en familia no hay opciones, si quieres hacer compras de calidad no hay muchas opciones ni en ropa, muebles, artículos de regalo, como lo encuentras en una plaza comercial de la Ciudad de México.

Si te llegan invitados no tienes opciones suficientes para que un fin de semana los lleves a comer a un restaurante que tenga un buen chef o a lugares turísticos, excepto la zona arqueológica.

Para bailar o escuchar música en plan familiar no hay opciones, y después de las 8 de la noche se empieza a quedar todo el centro con los comercios cerrados y las calles son poco iluminadas como para caminar con visitantes, sin una buena cafetería o restaurante que te ofrezca servicio hasta las medianoches.

“Aquí entre nos, me deprimo si me quedo de viernes a domingo en Tula, para los que hemos vivido en la Ciudad de México buscamos lugares con muchas opciones de toda clase de actividades los fines de semana, prefiero salir a visitar de fin de semana la ciudad de Querétaro, México, San Miguel de Allende, o los Pueblos Mágicos de Hidalgo”.

 

Esmeralda Mejía. Chef y empresaria.

Para mí Tula es un lugar maravilloso porque me vio crecer, me ha permitido hacer amigos y sobre todo me dio una maravillosa familia y hoy en día me a dejado desarrollarme personal y profesionalmente, desafortunadamente también tiene lo malo ya que vivir aquí estamos muy expuestos a sufrir de delincuencia, ahora con lo ya muy sonado robo casa habitación, sin dejar de mencionar la gran contaminación que nos rodea y sus consecuencias. Saludos

 

Fernando Cruz Rodríguez. Empresario y activista social.

Soy orgullosamente tulense, sin duda alguna sería eso por lo cual, preocupado por tener un municipio, estado y país mejor hemos tratado de aportar acciones en beneficio de nuestros paisanos, aportar aunque sea un granito de arena.

Aquí nacimos, aquí crecimos, aquí está nuestra familia, nuestro patrimonio, nuestros amigos nuestra gente. Eso es lo bonito.

Los peores males con los que tiene que lidiar actualmente Tula son la inseguridad, la corrupción y la impunidad.

Las familias viven en zozobra por los constantes delitos en la mal denominada Ciudad Segura, ya no sabes qué día te van a asaltar, robar o hasta matar.

La corrupción e impunidad, de la mano hacen de las suyas, pues hacen víctima a un pueblo que cada vez está más saqueado y vulnerado por ambos factores.

Podríamos exponer más temas me quedo solo con este por qué es el más delicado y primordial.

 

Silvia Gómez Flora. Jurista y política.

Vivir en Tula, tiene varias aristas, bueno y malo, lo bueno es que a pesar de ser una Ciudad, conserva su aire provinciano, nos identificamos y todavía nos conocemos los pobladores, la vida es más económica, tienes acceso a los servicios básicos sin problema, no hay aglomeraciones, hay muchos lugares cercanos dónde gozas de la naturaleza, puedes caminar y transpórtate rápido y fácilmente a cualquier lugar y lo principal en mi caso, regresé a mis orígenes.

Lo peor, es una Ciudad sucia, sin cultura, sin educación y sin respeto a los animales, a las plantas y árboles, está contaminada, insalubre, hay corrupción, hay inseguridad, los actores políticos son cerrados, cuadrados, está en manos de unos cuantos, no hay oportunidad de desarrollo a pesar de tener Universidades, no hay trabajo, más que para unos cuantos que viven del presupuesto y del comercio y no hay pertenencia, nadie defiende verdaderamente sus derechos y las opiniones diversas son prejuzgadas.

Aún con todo esto puedes adaptarte y ojalá haya más cultura pronto, se le de importancia a la zona arqueológica, para sentirte orgulloso de ser Tolteca.

 

Hugo Santiago. Periodista y escritor.

Para mí lo mejor de vivir en esta ciudad, es que Tula, ¡es Tula!

Un pequeño trozo de universo donde todo puede ocurrir. Su legado, grandeza, colores, sabores, olores, matices, representan un mosaico de cultura, donde convergen el pasado indígena tolteca y otomí, la influencia de 300 años de virreinato y el impulso al paradójico progreso de la época contemporánea.

Me apasiona el orgullo de que la gente se sienta heredera de los toltecas, un pueblo de artistas que decían, dialogaban con su propio corazón.

Pero más que nada, yo creo que la historia de Tula nos deja una gran lección, una que emula al Ave Fénix: renacer entre las cenizas; pues aunque la urbe ha tenido periodos de apogeo y decadencia, siempre se levanta, se yergue como los atlantes, Tula es eterna.

Lo peor de vivir aquí es la contaminación, ese mal que inició con el primer silbatazo del ferrocarril hace más de 120 años y que hoy persiste en las nubes, en la corrupción del agua, el suelo, algunas conciencias y la salud de quienes habitamos la Capital Tolteca.

 

Andrés González. TSU en Negocios.

Hablar de Tula es transportarte a un mágico lugar, lo mejor de esta ciudad unifica 5 ejes muy importantes; 4 guerreros míticos, conocidos como los Gigantes de Tula, con una vista espectacular al cerro del Xicuco -lugar de mitos y leyendas-, el Ex-convento de San José; una herencia colonial de fachada renacentista, el corazón de Tula un cálido y perfecto Jardín, su deliciosa y tradicional gastronomía y no olvidemos la amabilidad de un verdadero tulense.

Hablar de lo peor de Tula es algo que no comparto, lo que considero una gran problemática es la abundante contaminación, muchas veces por falta de cultura en materia del cuidado del medio ambiente.

Sin lugar a dudas la Capital Tolteca cuenta con todo el potencial para convertirse en un verdadero Pueblo Mágico.

La Ciudad de la Serpiente Emplumada, Capital Tolteca; mi Tula bello.

 

Hortensia Sampayo. Transportista.

En cuanto a lo mejor, la zona arqueológica, pero necesita una reestructuración para darle un mejor recibimiento a nuestros visitantes.

Lo malo es la contaminación, está afectando mucho la salud, principalmente en nuestros niños, creo que este es uno entre muchos más aspectos que hay, no tan agradables.

 

María Luisa Jiménez. Madre y Abogada.

Lo bueno: orgullosa de haber nacido aquí en Tula de pertenecer a una gran cultura como lo es la Tolteca. Aún donde vivo y los lugares que frecuento están libres de violencia de cualquier tipo.

A pesar de que mucha gente manifiesta que hay mucha delincuencia, gracias a Dios mi familia y yo jamás hemos tenido contacto con personas adictas y mucho menos con algún ataque delictivo de ningún tipo.

Lo malo, la contaminación que se respira a diario en la ciudad, de la Refinería y de las aguas residuales, que en horas de intenso sol, se producen gases de olores fétidos. También que no se ha hecho nada por tapar los canales de agua negra.

Las terminales de microbuses y de autobuses deberían estar a las afueras, en Iturbe o en El Llano. Que haya más seguridad pública.

Son tantas las cosas que podemos hacer, que como ciudadanos debemos poner muy en alto nuestro municipio y destacar a que cultura pertenecemos.

 

Silvia Jiménez Torres. Altruista.

Lo mejor: nací aquí y amo todo de mi ciudad. No descarto la posibilidad de que mi Tula se hiciera «ciudad mágica», pues contamos con todo para que así sea. Yo no deseo, ni lo he pensado como otros que dicen: «Cómo me hubiera gustado haber nacido en otra ciudad», a mí me encanta mi ciudad.

Lo peor: Tula debe estar por encima de cualquier comunidad de Hidalgo, pues está rezagada en muchos aspectos, y eso se lo debemos principalmente a nuestros gobernantes.

Ahora que está Gadoth al frente, ojalá que haya un cambio y sobre todo en cuanto al aspecto de limpieza porque Tula es una ciudad muy sucia, pero por toda esa gente que le gusta la mediocridad, que no ha sabido educar a sus hijos y por ende son igual o peor que ellos, a eso le sumamos la gran contaminación del Río, la Refinería.