Arde PEMEX. Rescate y combate en la Cuarta Transformación

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Por Fernando Ávila Báez

Petróleos Mexicanos (PEMEX), creada el 7 de junio de 1938 por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, es una empresa estatal productora, transportista, refinadora y comercializadora de petróleo y gas natural de México.

Su planta laboral, controlada en su mayoría por un sindicato que nació en 1935 y que está organizado en 52 secciones a lo largo de todo el país, ha ido en descenso desde 2014: hoy cuenta únicamente con alrededor de 115 mil de trabajadores. Entre 2017 y 2018 salieron de la nómina petrolera poco más de 40 mil personas.

Directivos de la petrolera mexicana al más alto nivel, incluidos secretarios que ostentaron la cartera de energía de la estructura gubernamental, se vieron involucrados una y otra vez en escándalos de corrupción.

El más relevante se refiere a ciertos pagos millonarios que habrían recibido de la constructora brasileña Odebrecht, a cambio de contratos que la favorecieran. El régimen que perdió las elecciones del 1 de julio de 2018 tuvo apenas tiempo de exonerar al supuesto implicado de más alto rango y México se convierte así en el único país que no sancionó más que a funcionarios menores, entre las decenas de escándalos que sembró Odebrecht en una decena de países de Latinoamérica.

El gobierno federal que encabeza en la Presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador ha redireccionado dos temas fundamentales vinculados con la industria petrolera, A 80 años de la creación de PEMEX.

El 14 de diciembre el gobierno federal presentó en Ciudad del Carmen, Campeche, su plan para la recuperación y rescate de la industria petrolera, que contempla incrementar al menos en un 45 por ciento la producción de crudo, mediante el desarrollo acelerado de nuevos yacimientos que permitan aumentar la producción en casi un millón de barriles diarios al final de su gobierno.

En Tula, Hidalgo, está instalada una de las seis refinerías de PEMEX, en las que se presentan, según estudios, siete veces más paros por causas técnicas que el promedio internacional; actualmente, trabajan en su nivel más bajo en los últimos 25 años.

El objetivo es que Pemex incremente la producción de crudo a 2,4 millones de barriles por día, desde los actuales 1,65 millones de barriles.

Para ello, el gobierno elevó el presupuesto de Pemex para 2019 en 75.000 millones de pesos (3.700 millones de dólares).

Reivindicando la vocación petrolera del sureste mexicano, López Obrador ha planteado que, con una buena cantidad de los recursos que eran desviados por actos de corrupción, se pueda construir una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, la entidad natal del presidente.

El 27 de diciembre fue presentado el plan contra el robo de combustible, inició con un operativo en el que intervienen 15 dependencias gubernamentales y abrió con vigilancia militar en las instalaciones de la refinería de Salamanca, en Guanajuato.

La infraestructura de transporte de productos petrolíferos (crudos, gasolinas, diésel, gas licuado de petróleo) y petroquímicos por ductos de acceso abierto, está conformada por diez sistemas a lo largo del país: Rosarito, Guaymas, Topolobampo, Norte, Sur-Golfo-Centro-Occidente, Progreso, Sistema de transporte de crudo Zona Sur-Golfo-Centro-Norte,

Sistema Nacional de Gas Licuado del Petróleo (SNGLP), y Sistema Hobbs-Méndez.

Ductos que, por lo menos en la región sur del Estado de Hidalgo, han sido sometidos desde hace treinta años a diversas intervenciones para instalar tomas clandestinas destinadas a la ordeña ilegal de hidrocarburos: el “huachicoleo”, que ha desarrollado una verdadera subcultura a su alrededor.

Huachicolero” habla de una bebida alcohólica adulterada conocida como huachicol, la cual se hace a partir del brandy o whisky, la similitud con el delito se basa en que se adultera el combustible robado para generar ganancias millonarias por las enormes cantidades que sustraen.

Pagan a personas por ser “halcones” para evitar ser descubiertos; en Palmar del Bravo, uno de los municipios del estado de Puebla relacionados con el robo de combustible, existe la imagen del “Santo Niño Huachicolero”, que porta un pequeño trozo de manguera en una mano y a veces un galón en la otra.

Existe un corrido en Guanajuato que hace apología de ese ilícito, y también “La Cumbia del Huachicol”, por la que la intérprete Tamara Alcántara, originaria de Puebla, es conocida como “La Reina del Huachicol”.

En el estado de Puebla se ubica en el llamado «triángulo rojo», una zona que comprende seis municipios por donde pasa el poliducto Minatitlán-México y por el cual se transporta el 40% de combustible que llega a la Ciudad de México y se distribuye al país.

Guanajuato, Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo y el Estado de México son los otros estados con mayor ordeña, según Pemex.

El número de tomas clandestinas identificadas y selladas por donde se ordeñó combustible fue de 6,873 al cierre de 2016; en 2017 se registraron 10,363 tomas clandestinas, y hasta agosto de 2018, se contabilizaban más de 10,000 reportes de tomas clandestinas. Un aumento de 868% en la última década, pues en 2010 se contabilizaron 710 tomas clandestinas.

Por otro lado, el robo de gas LP a los ductos de Pemex, y su distribución ilegal en los hogares mexicanos, genera pérdidas por 1,100 millones de pesos (mdp) al mes, y además provoca que las empresas distribuidoras legales detengan el reparto en ciertas rutas.

Pemex suministra cerca del 70% del gas nacional —aunque de eso importa alrededor del 30%—, mientras que los privados compran del exterior el otro 30%.

Además del círculo rojo, la Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Morelos e Hidalgo se han visto afectados por las tomas clandestinas a las instalaciones de Pemex.

Hidalgo se ha ubicado en el primer lugar en la incidencia de este delito con 2,121 tomas irregulares al finalizar 2018, entre ellas la que explotó el viernes 18 de enero en Tlahuelilpan y que dejó casi dos centenares de pérdidas humanas.

Durante la lucha de las autoridades gubernamentales en contra de los huachicoleros, a nivel nacional, entre 2012 y 2016 se recuperaron un total de 77.71 millones de litros de hidrocarburos.

En 2016 el promedio diario de combustible robado fueron 26 mil barriles, para 2017 llegó a 43 mil barriles y en 2018 suman 58 mil 200 barriles.

En dinero, al precio de hoy, las pérdidas rebasaron en 2016 los 30 mil millones de pesos, en 2017 a 50 mil millones y en 2018 a 66 mil 300 millones de pesos.

“Significa 15 mil litros cada pipa, alrededor de 200 millones de pesos diarios”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la presentación de la estrategia integral para “erradicar” el robo de hidrocarburos que cuenta con la participación de 15 dependencias del gobierno federal y un despliegue inicial de 4 mil elementos de las Fuerzas Armadas.

 

El 80% del robo de combustible, se dijo, se viene operando desde adentro de las plantas, con la complicidad de empleados y trabajadores.

 

Trabajadores agremiados en un sindicato que nació en 1935, a partir de los sindicatos de las empresas petroleras extranjeras de la época. La nueva organización propuso un contrato colectivo, no fue aceptado por los patrones y motivó una huelga que paralizó a todo el país.

Todo derivó en que el Presidente Lázaro Cárdenas del Río decretara el 18 de marzo de 1938 la expropiación de los bienes mueves e inmuebles de 17 compañías petroleras en favor de la nación.

La actual dirigencia es encabezada por Carlos Romero Deschamps, quien suma ya 26 años y llegará a 31 años al frente de la organización sindical, pues su período actual comprende de 2019 a 2024, aunque la Secretaría del Trabajo no le ha entregado la Toma de Nota que avale la más reciente elección.

Se afirma que han ubicado a Romero Deschamps en Argentina, a donde partió después de tramitar en el país un amparo en contra de cualquier intento de detención, al mismo tiempo que el sindicato publicó dos tibios manifiestos de apoyo al presidente López Obrador en su lucha contra la corrupción en Pemex.

En 2001 se investigó la participación del sindicato petrolero en el conflicto poselectoral, siendo referido el escándalo como «Pemexgate» en los medios y la opinión pública. Se descubrió que fondos provenientes del sindicato de Pemex fueron utilizados para la campaña presidencial del candidato del PRI, Francisco Labastida Ochoa. Los responsables no fueron presentados ante la Justicia y el partido fue multado con mil millones de pesos mexicanos.

En 2013, antes de la firma de la nueva reforma energética, Romero Deschamps suscribió convenios para permitir el despido masivo de trabajadores que comenzó a verificarse desde 2015. En 2013 igualmente, votó a favor de la reforma energética.

El gremio aliado de los gobiernos del PRI, que en 1988 votó por Cuauhtémoc Cárdenas y en 2018 por Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República. Pero en torno a la desgracia de Tlahuelilpan estalló un nuevo escándalo de corrupción en Pemex, esta vez sobre la venta de plantas productoras de hidrógeno y supuestas irregularidades en asignación de contratos.

Arde Pemex.