Pues como decían las abuelas de antes: se nos vino ‘la calor’.
Apenas hace poco menos de un mes que sufríamos por heladas y enfermedades respiratorias, y ahora sufrimos por altísimas temperaturas y enfermedades gastrointestinales.
Y es que, de acuerdo con especialistas, el tema del calentamiento global no es más un asunto ajeno y distante, sino una cosa de todos los días.
Se llama calentamiento global al aumento de la temperatura media de los océanos y de la atmósfera terrestre, ésta ha crecido más de 0.6 grados en los últimos veinte años.
Los efectos del cambio climático ya están aquí, la principal de ellas es consecuencia de la acumulación de gases procedentes de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles (carbon, petróleo y gas natural).
Hay regions en donde están aumentando las lluvias y otras en donde están disminuyendo las precipitaciones.
La lista de las enfermedades asociadas a la altas tempreaturas u olas de calor es larga.
La primera molestia que suele presentarse es el dolor de cabeza común, que con frecuencia deriva en la terrible migraña.
El corazón, ese órgano vital nuestro, también resiente el calor. Si alguien padece cardiopatía, su cuerpo enfrenta mayors dificultades para regular su temperatura.
La transpiración excesiva y la deshidratación pueden contribuir a las insolaciones o golpes de calor.
La deshidratación es uno de los malestares más communes propiciados por prolongadas exposiciones a altas temperaturas, tomar la luz directa del sol y alta humedad.
Labios y boca secos, sed y sensación de tener mucha sed, son los signos inconfundibles de la deshidratación que, de no tratarse a tiempo, puede generar calambres abdominals, en piernas o brazos.
Mareos, náuseas, dolor muscular, dolor de cabeza y debilidad pueden presentarse con una temprtura igual o mayor a los 40 grados.
Otro padecimiento es la fotosensibilidad, conocida también como “alergia al sol”; aunque los síntomas varían según la persona y según el tiempo de exposición al sol, un signo común es la aparición de sarpullido, enrojecimiento de la piel, comezón y ardor.
Ante las altas temperaturas que ya la primavera en el centro del país nos regala, los que saben recomiendan básicamente usar protector solar, no exponerse directamente a los rayos solares ni asolearse por tiempo prolongado.
Pero, ¡cuidado! Ante una enfermedad asociada al calor, busque siempre la ayuda de un médico o de un especialista, para que usted pueda salir del escandaloso 78% de los mexicanos que se automedican, ya sea porque consideran que sus malestares no son graves, o porque no tienen tiempo… o porque no tienen dinero para pagar la consulta (y ahí sí, ni como).