Morena Tula: misterio por resolver

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Como partido político, al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), no le ha dado tiempo para acomodarse, luego del contundente triunfo electoral que lo llevó a la presidencia de la República y a la mayoría en las dos cámaras del congreso federal.

En Hidalgo, el proceso de adaptación pasa por una mala racha, mientras las elecciones locales del domingo 7 de junio ya se les vinieron encima.

La incertidumbre en la definición sobre el reparto del poder hacia en interior del partido, generada por la pugna al más alto nivel entre Yeidkol Polevsky, secretaria general, y Alfonso Ramírez Cuéllar (declarado presidente interino ganador) mantiene confundida a la militancia morenista hidalguense.

Entre radicales y moderados, los militantes, dirigentes y grupos internos de Morena en Hidalgo, han tenido que soportar la incómoda mayoría del Grupo Universidad liderado por Gerardo Sosa Castelán en el congreso estatal.

Uno de los acontecimientos que van a sacudir el escenario político estatal será la separación de varios de los actuales legisladores morenistas, principalmente del Grupo Sosa, y el virtual ascenso de sus suplentes, para contender por alguna de las 84 alcaldías, ya en juego.

De hecho, la pretensión del grupo afín a la UAEH es optar por al menos 40 de las 84 candidaturas para encabezar las municipalidades hidalguenses. 

Foto: Criterio

El diputado local Ricardo Raúl Baptista González, quien coordina la bancada del partido presidencial y es uno de los protagonistas de la perplejidad, va de un pleito a otro: un día se confronta con el secretario de gobierno Simón Vargas Aguilar y otro día busca afianzarse en la candidatura para la presidencia municipal de Tula.

Tal como ocurre en todo el país, en Hidalgo -y particularmente en La Ciudad de Los Atlantes- dos posturas bien definidas mantienen tenso el ambiente al interior del movimiento.

Por un lado, están aquellos a quienes asiste el derecho de piso, el derecho de antigüedad, los fundadores y militantes originarios, que a su vez se componen de los institucionales y los que “van por la libre”.

Entre ambas corrientes prevalece la postura negativa frente a cualquier tipo de alianzas, pues las miran como operaciones de conveniencia por parte de quienes se quieren aliar a Morena para aprovechar y beneficiarse de su inercia triunfadora, pues el arrastre que parece mantener la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador les hace confiar en victorias automáticas. Cuidado.

Foto: Milenio

El propio legislador Baptista González lucha por que le reconozcan sus antiguos vínculos con la izquierda, pero más de uno le reprocha haber jugado portando los colores de otros partidos en procesos electorales para alcanzar cargos.

José Antonio Vargas Olmedo, quien resultó “postulado” precandidato a la alcaldía de Tula en una pequeña y apresurada asamblea de simpatizantes morenistas, representa la expresión de los que no quieren someterse a instrucciones externas, ni a negociaciones ni a alianzas.

En toda esa imaginaria aparece el ex dirigente sindical y ex síndico jurídico de Tula, José Luis Rodríguez Higareda, con un aceptable cartel que se refuerza con su tendencia moderada.

Por otra parte, aparecen quienes de algún modo provienen de la sociedad civil (como el profesionista y filántropo Víctor Apodaca) y quienes se han separado del PRI para buscar abrigo en Morena (como José Alfredo Jiménez Ángeles y Alberto Martínez Guzmán, ambos abogados laboralistas, éste último ligado a la nueva central obrera CATEM).

En este contexto sobresale el caso particular del ex priísta Octavio Magaña Soto, a quien una maniobra del consejero nacional ecologista Cuauhtémoc Ochoa Fernández le tiene hoy como responsable del Partido Verde en el distrito electoral federal de Tula y como aspirante a la candidatura de ese instituto hacia la alcaldía de la capital tolteca.

La apuesta de la cúpula nacional verde es que, aun cuando se abortó una posible alianza formal Morena-PVEM, éste mantiene negociaciones con otros institutos políticos para competir mediante candidaturas comunes.

De concretarse esta figura, y atendiendo a la recomendación presidencial de postular candidatos a quienes salgan mejor posicionados en las encuestas, en un difícil y distante escenario, el verde estaría deseando que el candidato fuese Octavio Magaña. 

El más institucional de todos, y quien más parece garantizarle una contienda de altura, en unidad, por parte de Morena en Tula es el actual delegado federal de los programas sociales y muy allegado al presidente, Abraham Mendoza Zenteno.

Foto: El Sol

No falta mucho, será el 6 de marzo, cuando podamos conocer el desenlace de esta trama, de esta urdimbre.