Tula. Grupos en disputa, otros «se hacen pendejos».

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En la disputa por el poder en los municipios del estado de Hidalgo, más que partidos políticos, son protagonistas los grupos de interés, en medio de la pandemia desatada por el coronavirus SARS-Cov2, causante del COVID-19.

Tula, el tercer municipio en importancia de la entidad, cabecera regional desde donde se genera casi el 52% del producto interno bruto anual del estado, es una caja de resonancia del proceso electoral en su conjunto.

Inversionistas, empresarios, industriales, emprendedores, empleados gubernamentales, transportistas, grupos religiosos, sindicatos, partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil, viejos y nuevos líderes, grupos clandestinos.   

En lo social, las elecciones del domingo 18 de octubre, las elecciones del miedo, están marcadas por las familias y en especial los jóvenes, que han salido a la calle para demandar justicia ante los feminicidios y desapariciones de personas.

Muy por encima de las explicaciones que pueda ofrecer la procuraduría sobre estos crímenes como “hechos aislados” o con evidencias de que es muy bajo su impacto sobre la incidencia delictiva, está el dolor de los afectados y de la sociedad temerosa ante estos peligros.

En la salud, el número de personas contagiadas, hospitalizadas y fallecidas en torno al COVID-19 se mantiene alto y este hecho es el factor principal del desánimo colectivo que se manifiesta en agudas críticas y descalificaciones automáticas, cuando no en rechazos y agresiones contra todo lo que represente autoridad.

En lo económico, el drama se vive entre los miles de personas que conservan un empleo formal en el gobierno o en alguna empresa y los miles que se han arrojado a los brazos de la economía informal, todos desafiando los riesgos de la pandemia.

En seguridad, ciertamente las personas y sus familias están a merced de los delincuentes que actúan por cuenta propia y de los grupos bien organizados que incurren en todo tipo de delitos tanto del orden común como del orden federal.

En lo político, el sistema y sus actores resienten los efectos de esta crisis externa y aportan sus propias complicaciones.

Los partidos tradicionales se quedaron a la mitad de configurar nuevos liderazgos y están muy lejos de sacar provecho a las viejas, agotadas formas de participar, de competir.

Obligados a recurrir a las nuevas tecnologías para mantener en la distancia contacto con sus militancias, grupos de simpatizantes o seguidores, los partidos se han alejado de una población secuestrada por el desencanto y el miedo.

El martes 15 de diciembre asumirán los cargos para los que hayan sido electos los integrantes de los nuevos Ayuntamientos, por el período de 2020 a 2024.

Provendrán de las elecciones más débiles de que se tenga memoria, en cuanto a la consistencia de sus candidatos.

Cuando se creía que la disputa fuerte quedaría entre PRI y Morena, ambos han entrado en una zona de arenas movedizas, exhibiendo su máxima vulnerabilidad, a muy pocos días de registrar sus planillas.

Mediante el curioso método de “insaculación”, aplicado con apoyo de una tómbola, Morena ha dado cuerpo a una democracia “de chocolate” que ha dejado mucho que desear entre sus afiliados.

En la cúpula nacional, sin conocimiento pleno del área donde se disputa el juego, alguien pretende empujar casi forzadamente la invención de una alianza de facto Morena-PVEM que pudiera llevar a la candidatura a un ex priísta, Octavio Magaña Soto.

Esta semana, del 17 al 22 de agosto de 2020, quedará en evidencia la falta de cohesión interna de Morena, cuando saquen como candidato a la presidencia a cualquiera entre cuatro de los ocho contendientes: Ricardo Baptista González, José Luis Rodriguez Higareda, Victorino Apodaca, José Antonio Vargas Olmedo.

La salvación para amalgamarlos a todos y sacar una elección triunfante sería postular al delegado de los programas federales en Hidalgo, Abraham Mendoza Zenteno (¿habrán cuidado lo suficiente el detalle de su posible renuncia al cargo, para acudir al llamado del partido de sus amores?)   

El principal adversario lleva su proceso interno bien apegado a los mecanismos tradicionales que maneja muy bien desde hace décadas; la máxima divisa del PRI parece ser el prestigio y la aceptación que tiene el gobernador Omar Fayad Meneses. Es su única apuesta.

En Tula, el gobierno saliente -que abandonó sobre el camino a su suerte a varios de sus aliados orgánicos- apenas logró colar a la final del proceso interno a una débil figura, sin mayor mérito que estar solo, en el desierto: Alejandro Álvarez Cerón.

Compite contra un experto operador electoral que se ha abierto paso entre los laberintos del juego político y que pone en suerte todo su capital, a riesgo de que no le alcance más que para segundas o terceras filas, Eduardo Cardoza Hernández.

Los que otrora fueron grandes luminarias tricolores, que se sirvieron de esos esquemas de poder para beneficio propio y de un reducido grupo de amigos, casi todos los dueños de las manos que han mecido la cuna, “se están haciendo pendejos”; han dejado seco el pozo, en espera de 2021, de 2022… de 2024.

Usted lo verá: para las diputaciones federales, junto a su natural candidato en el distrito de Tula, Ismael Gadoth Tapia Benítez -que, antes, irá unos meses al gabinete gubernamental del estado, si no le quedan pendientes locales-, volverán a escucharse los nombres de los que ahora han preferido esconder su cabeza de avestruz.    

Ese campo minado, sobre el que hoy se ciernen graves amenazas de violencia e inseguridad, en donde -a ojos de muchos- faltó más luz en el liderazgo del alcalde saliente, once institutos políticos se disputan la alcaldía y el nuevo gobierno.

PAN y PRD van aliados y se perfilan como el natural tercero en la discordia; habrá que ver cuánto puede crecer todavía, en impacto y en capacidad operativa, Manuel Hernández Badillo.

PT, MC, Podemos, Nueva Alianza Hidalgo, Más Por Hidalgo, “la chiquillada”, hará la comparsa para alcanzar, conservar su registro, o para ocupar una silla en la siguiente Asamblea Municipal. Más pena que gloria.