DE ECONOMÍA, SALARIOS Y AHORRO

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Cosas que sí debes saber

Por Fernando Alfonso Ávila Hérnández.

En un país como el nuestro, con más o menos 125 millones de habitantes en dos millones de kilómetros cuadrados, en donde es cultura saber de todo y hablar de los temas en boga como un verdadero especialista, más vale que revises los términos que has estado usando al opinar como el más destacado financiero.

Sobre todo, en estos tiempos de cambio en los que precisamente se van a necesitar opiniones y acciones relacionadas con la economía.

Para empezar, la Economía es la Ciencia que estudia los recursos, la creación de riqueza y la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas.

Así mismo, la economía es el sistema de producción, distribución, comercio y consumo de bienes y servicios de una sociedad o de un país. ¿Vamos bien?

La macroeconomía es la parte de la economía que se encarga de estudiar el funcionamiento económico en general, así como las políticas económicas que se llevan a cabo en grandes escalas, por ejemplo, en un país. Es decir, engloba a la sociedad en su conjunto funcionando de una sola vez, no de forma independiente.

Y La microeconomía es la parte que se encarga del comportamiento de cada agente económico de forma individual, como pueden ser las familias, las empresas o los trabajadores.

En ella se analiza de forma exhaustiva leyes como la oferta y la demanda, entre los consumidores y los oferentes, el nivel de precios, o las elasticidades de cada producto.

Mientras la macro busca una perspectiva general, la micro una perspectiva individual; la primera estudia actores económicos globales, cómo un país, y la segunda concretos, como un consumidor.

Las variables utilizadas en una y otra son muy distintas; por ejemplo, en macroeconomía el Producto Interno Bruto (PIB) observa la producción total de un país y en microeconomía la cantidad producida por una sola empresa.

Ahora bien, escuchamos que la moneda sube o que la moneda baja. La raíz de toda esta fluctuación es el principio básico de oferta y demanda. Una moneda es como un mango o un iPhone 7: si hay mucha demanda (que a menudo va ligado a una baja oferta), el producto será más caro.

Hasta aquí, todo claro.

Pero, ¿qué provoca este aumento o caída de la demanda? Aquí es donde entran en juego muchos factores distintos, desde las acciones del gobierno a la confianza de los consumidores y la agitación política.

La oferta monetaria se refiere a la cantidad total de dinero que se encuentra en circulación en un país.

Cuanto mayor sea la cantidad de la moneda, menor será el valor de esta frente a otras divisas y caerá el tipo de cambio.

Una oferta monetaria alta está relacionada con tipos de interés bajos (como hemos explicado antes, una oferta mayor significa una menor demanda).

A su vez, los tipos de interés bajos también suelen devaluar la moneda, porque los inversores obtienen peores rendimientos en sus inversiones en dicha moneda.

Puede parecer que los tipos de interés bajos son una mala noticia, pero hay otra perspectiva a largo plazo que puede explicar por qué los gobiernos deciden bajar a veces sus tipos de interés.

Estos implican que la gente pide más créditos y gasta más, lo que podría hacer crecer la economía.

También hay que prestar atención a otro factor importante, la inflación (el tipo de interés al que los precios estás subiendo); si aumenta demasiado, porque la demanda de bienes excede la oferta, puede causar inestabilidad económica y una caída del valor de la moneda.

Estabilidad del mercado.

La estabilidad es un factor fundamental relacionado con todo esto, los mercados la adoran y supervisan constantemente los indicadores económicos y la actualidad para descubrir dónde hay estabilidad y dónde no.

Una economía fuerte y estable, con una confianza de los consumidores reflejada en un alto grado de consumo, una tasa de desempleo baja, un mercado inmobiliario floreciente y un aumento del Producto Interior Bruto (PIB), fomenta las inversiones y aumenta la demanda de la divisa de un país.

Sin embargo, si el país está atravesando un período de inestabilidad política, todos estos factores económicos se vuelven insignificantes.

A menudo, el malestar político es un mal presagio para la economía de un país, ya que desalienta la inversión extranjera e implica con frecuencia la caída de la demanda de una divisa y, por lo tanto, de su valor a nivel mundial.

¿Por qué no subían los salarios?

Uno de los principales argumentos en contra de aumentar el salario mínimo es que los salarios más altos aumentan los costos operativos de las pequeñas empresas, tanto que provocan suficientes quiebras para contrarrestar los beneficios de aumentar el salario mínimo (por ejemplo, más ingresos disponibles para gastar el consumidor y mayores impuestos a los ingresos).

Cuando suben los salarios, más trabajadores entran en el mercado laboral, lo que permite a las empresas elegir más trabajadores altamente calificados.

Esto mejora la oportunidad para el pequeño empresario de mejorar la productividad a través del uso de trabajadores de mayor calidad que antes no estaban disponibles.

Algunos pequeños empresarios pueden optar por aumentar los salarios disminuyendo el número de empleados, una solución que tiene sus pros y sus contras. Por un lado, una paga más alta puede motivar a los trabajadores mejor calificados y aumentar la productividad.

Por otro lado, los empleados que están sobrecargados de trabajo son más propensos a errores, a un mal servicio al cliente y al ausentismo, lo que puede disminuir la productividad.

Para contrarrestar los salarios más altos de los empleados, las pequeñas empresas pueden necesitar subir los precios de los bienes y servicios que venden.

Esto puede llevar a una reducción en las ventas, la disminución de los ingresos y una rentabilidad más baja.

Con menos dinero para gastar, los pequeños empresarios pueden tener que disminuir o eliminar las mejoras de capital, el marketing, las nuevas contrataciones, las bonificaciones, el servicio de la deuda y la producción.

Todos estos recortes en el gasto pueden tener efectos adversos, tales como un menor número de clientes debido a la disminución de la publicidad; un aumento en los pagos de intereses y la incapacidad de atraer o retener a los empleados asalariados.

El Ahorro

El ahorro es la diferencia entre el dinero disponible y el gasto efectuado por una persona, una empresa, o cualquier otra institución pública, entre otros.

Igualmente, el ahorro es la parte del capital de ingresos que no se destina al consumo, o parte complementaria del de esta en relación con el consumismo.

En simples palabras el ahorro es guardar una parte del ingreso que una persona recibe, es importante para el futuro a corto o a largo plazo, ya que estos nos aseguran que en un futuro podamos gozar de una seguridad, o de un lujo, o de una necesidad cubierta, que nos proporcione estabilidad e integridad tanto física como psicológica.

Las personas con más posibilidades económicas, los ricos, tienden a ahorran más que las personas de escasos recursos, tanto en términos que abarcan la economía total como en términos de una economía baja.

Las personas muy pobres no pueden ahorrar nada; más bien tienen necesidad de alguna riqueza piden préstamos, y tienden a des horrar. El Ahorro está estrechamente ligado con el consumo y la inversión, lo podemos plantear de esta forma: lo que “no” consumimos es la parte que ahorramos y lo que ahorramos podemos invertirlo para que nos generen ganancias.

El ahorro depende del nivel de ingresos, porque cuanto más elevado sea éste, mayor será la propensión de ingresos a aquel, dado que antes de ahorrar es preciso satisfacer las necesidades fundamentales.

Este tema es de mucha importancia en la economía tanto individual como de la población en general; hay ahorro privado y ahorro público.

El ahorro privado se realizan mediante las organizaciones privadas y que no pertenecen al estado o básicamente familias, instituciones sin ánimo de lucro y empresas.

El ahorro público lo realiza el Estado, el cual también recibe ingresos a través de los impuestos y otras actividades, a la vez que gasta en inversión social, en infraestructura como puentes, escuelas, carreteras, hospitales.

Cuando el estado ahorra quiere decir que sus ingresos son mayores que sus gastos y se presenta un superávit fiscal, y en el caso contrario conduciría a un déficit fiscal.

El ahorro nacional es la suma del ahorro público y el privado. El ahorro nacional viene dado por la diferencia entre la renta de todo un país o el valor del conjunto de bienes que se producen y al mismo tiempo el consumismo.

El ahorro se encuentra influido y determinado por las políticas económicas que siga un Estado, éste puede afectar tanto las tasas de interés como otras variables que pueden afectan el ahorro.

Los cambios en la tasa de interés, por ejemplo: puede que algunas personas se sientan inseguros, motivados o desmotivados a la hora de ahorrar.

Mientras si están a iguales niveles de ingreso, depende de dos efectos conocidos como: efecto ingreso y efecto sustitución.

Así como el aumento de las tasas de interés puede incentivar a muchas personas a consumir menos para ahorrar más, pero, puede suceder que, al ser mayor el rendimiento del ahorro, se pueda llegar a la meta de acumulación de dinero prevista destinando una porción mayor del ingreso al consumo de cualquier producto de necesidad personal.

La tasa de ahorro es la proporción de lo ahorrado frente al producto interno bruto, y es determinante para el crecimiento de un país.

La tasa o nivel de ahorro de un país, es de gran importancia para su crecimiento, puesto que una alta tasa de ahorro garantiza que existan recursos suficientes para invertir.

El sector productivo necesita constantemente de nuevos recursos, los que deben conseguir en el mercado financiero, que a la vez es alimentado por los ahorradores.

Si el nivel de ahorros de un país es bajo, no habrá suficiente disponibilidad de recursos para financiar al sector productivo, por lo que este deberá recurrir al financiamiento externo, lo cual no siempre es positivo para la economía, puesto que el recurrir a créditos externos, implica la entrada extra de divisas, afectando la estabilidad de la moneda local, entre otros efectos, además de que parte de la utilidad generada por las inversiones se debe transferir al exterior como pago de la financiación.

La importancia de crear un hábito de ahorro en el ámbito familiar es que garantiza un equilibrio emocional y financiero que mantendrá más estable a la familia. Para gozar de las ventajas que aporta el saber administrar las finanzas, se debe trabajar en equipo, desde los más pequeños hasta los más grandes del hogar.

En términos generales son pocas las personas que llevan un control exhaustivo de sus finanzas y la mayoría gasta el dinero sin llevar una planificación adecuada que permita maximizar los recursos y mucho menos generar un excedente para el ahorro; ¿a quién se le atribuye eso?

Es posible culpar a la cultura, a la falta de conocimiento en el tema, a la carencia de tiempo para la planificación o a mil pretextos más.

Sin embargo, lo que si es cierto es que una mala distribución de los ingresos financieros puede causar fuertes dolores de cabeza y acarrear situaciones económicas muy inestables para todo el núcleo familiar.

En momentos de “crisis” lo primero que se debe hacer es ahorrar, para muchos esto resulta casi imposible, pero si cada persona se lo propone puede conseguirlo, sólo se deben hacer ciertos cambios en la vida cotidiana de los individuos, podrías construir un nuevo plan de finanzas, reducir el consumo de energía y agua, evitar gastos innecesarios como deudas o compras de artículos que no sean de primera necesidad.

Ahorrar no solo significa gastar menos dinero, también es maximizar los ingresos económicos y así posteriormente poder invertir en negocios que permitan mejorar el estándar de vida del ser humano, por eso es importante fijarse metas que obliguen a las familias a economizar para un objetivo.

Aunque no podemos asegurar que la economía mexicana está en crisis, no está de más tomar algunas previsiones que nos podrían muy bien ayudar a superar una situación compleja.

Evitar las deudas: es necesario tratar de gastar menos de lo que se gana para poder lograr una seguridad económica.

De este modo, intentar evitar las deudas es fundamental, aunque hay que pensar a parte de la compra de un hogar modesto, o el pago de la educación de los hijos, así como otro tipo de necesidades. En el caso de tener alguna deuda, lo mejor es pagarla lo antes posible.

Comprar cosas que necesitas: para ello, es clave tratar de ver la diferencia entre las necesidades reales, y los deseos o caprichos.

En este sentido, hay que tratar de ser modestos con los caprichos y tener autodisciplina para pensar en primero ahorrar, y luego comprar.

Registrar los gastos: anotar y evaluar los ingresos y los gastos de cada mes, y, a partir de ahí, tratar de determinar la forma de poder reducir lo que gastas en aquellas cosas que son menos esenciales.

Establecer una reserva para el ahorro: aquí de lo que se trata es de hacer una reserva con los recursos económicos, para utilizarla, únicamente, en casos de emergencias.

Al ahorrar de forma regular un mínimo de dinero, puedes ir acumulando con el tiempo, algo que puede ser muy útil para gastos imprevistos el día de mañana.

Préstamos personales: puedes acudir a los préstamos personales online como una forma de poder cubrir un gasto imprevisto en un momento determinado. Gracias a diferentes plataformas en Internet, conseguir un mini crédito online es muy sencillo y no requiere de papeleo ni de muchas gestiones.

Enseñar a toda la familia: es muy importante que todos los miembros de la familia conozcan los principios de la administración económica del hogar. De esta forma, deben participar a la hora de crear un presupuesto, y de establecer diferentes metas económicas.