TULA, EL RÍO ESTÁ REVUELTO: SÍ HAY, PERO NO HAY.

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Los dos millones de kilómetros cuadrados comprendidos en el territorio nacional están integrados, en su división política, por 32 entidades federativas dentro de las cuales coexisten dos mil 458 municipios y 16 alcaldías en la Ciudad de México. En Hidalgo existen en total 84 municipios.

Los municipios son la unidad básica de la división territorial y de la organización gubernamental; particularmente en México esta unidad básica se denomina municipio libre.

El concepto surgió de la Revolución Mexicana e implica plena autonomía, con facultades legislativas y ejecutivas propias, depositadas en un ayuntamiento y un presidente municipal, respectivamente.

Bajo el sustento del artículo 115 de la Constitución, el municipio está a cargo de las funciones administrativas relacionadas con servicios púbicos básicos de la población.

Por tanto, el ayuntamiento de cada municipio es la instancia gubernamental de mayor cercanía con la sociedad. De ahí la importancia de una buena comunicación entre el gobierno municipal y los habitantes de su demarcación territorial.

Tula, creado como municipio sobre los restos de la antigua Tollan, y después Villa de Tula, el 6 de agosto de 1824, ha tenido desde 1964 en la que se considera su “época moderna” 18 presidentes municipales.

15 alcaldes llegaron postulados por el PRI, uno por el PRD y uno más por el PAN; el actual presidente municipal compitió y ganó bajo los colores del PRI-PVEM-PANAL.

Uno de ellos ocupó el cargo en tres ocasiones (una constitucional y dos interinatos), uno fue defenestrado antes de concluir su mandato y le sustituyó la única mujer que ha ocupado el cargo.

En la historia moderna de los presidentes municipales de Tula, al menos la tercera parte de ellos no eran originarios del municipio. Sólo en un caso, padre e hijo ocuparon la presidencia municipal en distintas épocas.

Únicamente un ex presidente municipal ha sido denunciado penalmente por faltantes de comprobación en la cuenta pública y por supuestos manejos irregulares de los fondos públicos.

Hacia el final de la primavera de 2019 ha comenzado a desarrollarse los procesos internos de selección de perfiles en todos los partidos políticos para posibles candidatos a los cargos del ayuntamiento; a saber, presidente municipal, síndico jurídico, síndico hacendario, regidores.

Entre la prolongada euforia y defensa a ultranza del nuevo gobierno federal por parte de sus correligionarios, el proceso se desenvuelve entre la leal militancia de origen y una oleada de arribistas que han querido acogerse al amparo de la victoriosa fuerza morenista.

Para el gobernante PRI, que perdió como aliados al PVEM y al PANAL (ambos desaparecidos por efectos del maremoto del 1 julio de 2018), pero que mantiene de facto la más alta posibilidad de conservar la posición, el proceso está representando serias dificultades.

El alcalde, que en septiembre próximo iniciará la cuenta regresiva de su gestión, tiene un margen muy reducido para optar entre cartas de muy limitado alcance o ubicadas fuera de su círculo de control absoluto.

En estricto sentido, aunque pareciera grande la lista de aspirantes a integrar el ayuntamiento de la antigua capital tolteca, escasamente hay tres personajes (un empresario-empresario, un político-empresario y una académica-política) que podrían competir con seriedad en una elección que muchos dan por ganada a favor de Morena, pero que en realidad es de pronóstico reservado. Lo demás, es un río revuelto en el desierto, de donde pueden sacar ganancia nuevos pescadores.