Tula: la «región prácticamente inhabitable»

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Tula. La legendaria Tollan que se asentó alrededor de los restos de Mamenhí y cuyos pobladores terminaron por irse en grupos y después uno a uno hasta dejar en ruinas, en medio del desierto, los vestigios de su esplendor.

Tula. La pequeña población elegida por los franciscanos para asentar su monasterio y, con ello, imponer la senda religiosa de la humildad y la pobreza, de La Colonia hasta nuestros días.

Tula. La parada del jolgorio del comercio y los pregones en la ruta en tren de la capital hacia el Norte, que vio pasar en ruedas de hierro miles de historia dulces y amargas.

Tula. La pintoresca ciudad que comenzaba a despuntar cuando, a mitad del siglo veinte, al gobierno se le ocurrió que bien podría construirse una presa para acopiar aguas de lluvia que convirtieran esta tierra en un vergel.

Tula, el punto de la geografía a donde en forma natural a través del Tajo de Nochistongo llegaban las aguas pluviales del Valle de México y a donde un día el gobierno dispuso confinar los desechos de la gran metrópoli, sin preguntarle a ninguno de los habitantes de aquél entonces si estaba de acuerdo.

Tula. El pueblo grande y bonito que pasó a ser una ciudad pequeña y fea, con el destino maldito que le asignaron las aguas negras, detrás de las cuales vino el acelerado crecimiento derivado de la cuarta industrialización.

Tula está hoy, como joya de la región sur del Estado de Hidalgo, nuevamente en el centro del debate en el verano de 2019.

Aquí donde se aporta poco más de la mitad del producto interno bruto anual de todo el estado, también se aporta a las cifras del dolor, de la angustia, de la muerte.

Tuvieron que pasar setenta años de insensibilidad y de oídos sordos para que la historia retomara los ecos del dolor y de la muerte que nacen de Tula y se propagan como fantasmas por el mundo entero.

El gobierno federal ha anunciado que la Refinería de Petróleos Mexicanos recibirá una inversión de 141 millones de dólares para construir Tolteca, un complejo de almacenamiento y distribución de combustible en los terrenos en donde no se pudo o no se quiso construir la nueva refinería Bicentenario.

Esto, apenas al día siguiente de que la Semarnat determinó que, debido a la contaminación del aire y el agua, Tula se ha convertido en una zona prácticamente inhabitable, y declaró emergencia ambiental en La Ciudad de Los Atlantes.

Los contundentes anuncios ocurren apenas a dos días de que fuera inaugurado por representantes del municipio, el estado y la federación el Centro Integrador del Bienestar, la sede administrativa de los programas federales que coordina en la entidad el tulense Abraham Mendoza Zenteno.

Y este jueves 18 de julio, esas mismas representaciones de los tres órdenes de gobierno, encabezadas por el gobernador Omar Fayad, acudieron para poner en marcha el programa de apoyos dirigidos a los jóvenes de esta región y de todo el estado, en el místico escenario de Tula Chico, dentro del parque nacional y reserva protegida que es la capital tolteca.

En días anteriores, pro iniciativa propia, el mandatario estatal había anunciado la creación de las becas académicas Miguel Hidalgo para estudiantes de nivel superior, con lo que nuestro estado se pone a la vanguardia en el contexto nacional.

Después, una audiencia pública de Omar Fayad en Tepeji de Río, la otra cabecera regional cuya arraigada tradición industrial a logrado, sin embargo, mantener a salvo el gran depósito hídrico que es la presa Requena.

Voces se alzan, voces se escuchan, voces se apagan, voces se ahogan. Es la historia. Es la historia de la historia, esa que contamos en los libros y en los medios de comunicación, y sobre la cual muchos, muchos, guardan silencio en busca de la ganancia de los pescadores en el río revuelto.