Mario Francisco Guzmán Badillo, originario de Tula, médico de profesión, inicia la tercera oportunidad en su paso por el servicio público.
La primera ha sido su participación como empleado de gobierno, en su carácter de personal de base adscrito al Hospital Regional Tula-Tepeji, dependiente de la Secretaría de Salud, posición que aún conserva como delegado sindical.
La segunda fue su infortunado paso por la administración como secretario general municipal, que concluyó tras su renuncia por la presión que el recién iniciado gobierno ejercía sobre él al maniatarlo en decisiones, fueran triviales o trascendentes.
La tercera, la vencida, es su inminente unción como presidente municipal de Tula en funciones, de agosto de 2023 a octubre de 2024.
Llega al cargo como efecto de la detención y vinculación a proceso del titular bajo denuncia por el uso ilícito de facultades y atribuciones al disponer asignaciones directas en compras supuestamente dirigidas a mitigar los perjuicios de las inundaciones de septiembre de 2021, por poco más de 60 millones de pesos.
Inicia su gestión como alcalde muy acotado por el tiempo limitado y las condiciones de un presupuesto con malformaciones que ya van saliendo a la luz.
Estos son los diez puntos críticos de la emergencia, que el Doctor debe atender:
- El diagnóstico. Existen datos duros y variables que sí se pueden controlar sobre la situación social, económica, política y administrativa; pero deberá estar atento a la incidencia de eventos no controlables de alto riesgo para la estabilidad del paciente.
- Terapia intensiva. De entrada, tendrá que aplicar los principios de la urgencia para evitar que las estructuras se colapsen y aplicar medidas inmediatas para tomar pronto el control de la situación.
- El equipo. Él sabe que una emergencia como esta, aunque allá afuera de la sala de intervenciones haya aliados y apoyos, solo se podrá enfrentar y superar con un equipo de especialistas capaces y comprometidos con la vida; no hay tiempo para improvisaciones ni errores.
- Quirófano y hospitalización. El lugar, las condiciones del ambiente para la intervención, el personal con perfil, los instrumentos, el equipo técnico, los recursos disponibles, deben revisarse a fondo y tenerlos disponibles para sacar al paciente de shock y, una vez intervenido, estabilizado, pasarlo a recuperación vital, así sea crítica.
- Estabilizar al paciente. Una vez logrado el control de la crisis, habrá que mantener la esperanza de vida con acciones precisas que levanten la expectativa social sobre una recuperación pronta y total.
- Los análisis urgentes. En los primeros cien días del nuevo gobierno deberá solicitar la intervención de los laboratorios más especializados, incluso de nanotecnología, para practicar a fondo los análisis que prevengan con suficiencia posibles recaídas; esta es la parte de más alto riesgo para el responsable del equipo.
- Los resultados. Lo que arrojen los análisis urgentes debe ser tomado con seriedad para fundamentar sólidamente las decisiones orientadas a cerrar el ciclo y sentar las bases para lo que viene en el futuro inmediato, dejando satisfechos a los involucrados. Recordemos que al alcalde sustituto le corresponderá tejer el entramado electoral para 2024, una elección múltiple con reforma electoral que contempla la reelección y la revocación del mandato.
- La receta. Lo que el médico ordene que el paciente debe tomar será vital, probado está que a una sociedad como la de Tula nada le gusta, nada le sienta; y para entonces las fuerzas en disputa sostendrán un jaloneo de grandes proporciones.
- La dosis. Un mínimo de más o de menos en las decisiones, en las acciones, en las operaciones, en las relaciones, puede desencadenar un cuadro difícil de manejar, si se deja libre el paso a la lucha de intereses particulares que suele imponerse en los pueblos chicos sobre el interés general de la población.
- El alta. Difícilmente Tula firmará una alta voluntaria, va a esperar a que el doctor indique expresamente que el municipio “esté listo para la otra”, de manera que es relevante el olfato, la visión, la sensibilidad con la que se conduzca el médico presidente para resarcir los efectos dañinos del abuso del poder, no solo del gobierno que él va a concluir, sino también de los anteriores.
De este tamaño es la misión. Ahora veamos de qué manera le entra, porque ya dijo que “no le saca”.